CAPÍTULO 11
Índices coloquiales
§ 1. Los índices coloquiales están listados en el
Diccionario de
el significa que
el hablante puede identificar el objeto [1].
este, que el
objeto está cerca [2].
ese, que el
objeto está lejos [3].
aquel, que el objeto está lejos[4].
§ 2. Observaciones.
Las
relaciones espaciales significadas por este, ese y aquel pueden
mudar a temporales o textuales respecto de la proferencia [5].
el y la forman locuciones y nombres de
instituciones formales o informales [6].
los frecuentemente
es vacuo [7].
Si no están
antepuestos a un mismo sustantivo, ese y aquel son
variantes libres; de lo contrario, distinguen dos objetos diferentes [8].
tal suele usarse como variante de ese [9].
Excepto el
nombre de la letra a, el es variante obligada de la si
el sustantivo del género F que le sigue empieza en a acentuada
[10].
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NOTAS
[1] Ejemplos:
el actual rey de
Francia es calvo. (B. Russell, 'Sobre el denotar', en Th. Moro Simpson
(comp.), 'Semántica filosófica: problemas y discusiones', Siglo XXI, Buenos
Aires, 1973)
tropecé con el escalón (dicho a la
novia por un distraído, desde el suelo, en la amplia sala del museo, que tiene
tres desniveles y otros tantos escalones)
Condenaron
al nieto de Doña Asunta (dicho por la chismosa del barrio en
el almacén, donde es sabido que uno de los nietos de Doña Asunta está preso y
procesado por asalto a mano armada)
La lengua inglesa es algo más caudalosa que la española
(...). (Azorín, 'El escritor')
El sótano, apenas más ancho que la escalera, tenía
mucho de pozo. (J. L. Borges, 'El Aleph')
El eremita que yo voy a presentar (...) no vive en un
desierto, (...). (Azorín, 'El escritor')
asaltó la casa, destrozó los
muebles, vapuleó a las hijas (...). (G. García Márquez, 'Cien
años de soledad')
Los claustros del colegio son largos y anchos. (Azorín,
‘Confesiones de un pequeño filósofo’)
Los versos que Quintana escribió en su vejez eran versos
de circunstancias (...). (Azorín, 'El escritor')
Las calles (...) formaban damero más largo que ancho (...). (R. J.
Payró, 'Chamijo')
[2] Ejemplos:
esta casa y este
campo fueron míos (...). (Fl. Sánchez, 'Barranca abajo')
Quiere
que esta boda se celebre (...). (L. Fernández de Moratín, 'El sí de
las niñas')
En
este volumen (...) publicamos los retratos de los arzobispos (...). (R. Palma,
'Tradiciones peruanas')
[3] Ejemplos:
¿Cuántos
vestidos has metido en ese baúl? (A. Casona, 'Los árboles mueren de
pie')
Traéme
de una vez ese matecito. (Fl. Sánchez, 'Barranca abajo')
¿quién dio ese grito? (A. Casona,
'La barca sin pescador')
vienen a rezar al sepulcro de esos
hombres tan fieles. (J. L. Borges, 'El incivil maestro de
ceremonias')
[4] Ejemplos:
les preguntó si conocían aquel
caballero (...). (Cervantes, 'La señora Cornelia')
Hasta
aquel pobre vaso (..) tenía rajado el vidrio. (A. Casona,
'Los arboles mueren de pie')
Recordarán
ustedes aquella ventana alargada (...). (J. L. Borges, 'Hombre de la
esquina rosada')
Aquellos heroicos soldados no desmintieron su reputación
(...). (R. Palma, 'Tradiciones peruanas')
[5] Ejemplos:
esta mujer
extraordinaria servía a un ama que era su polo opuesto. (Azorín,
'Confesiones de un pequeño
filósofo')
No
dejes de salir esta tarde (...). (C. Arniches, La señorita de
Trevélez)
Quiere
que esta boda se celebre así que lleguemos a Madrid. (L.
Fernández de Moratín, 'El sí de las niñas')
el río se había llevado a
¿Te
acordás de aquel anillo que me dejó la gringa (...)? (Fl. Sánchez,
'Canillita')
También
te dije aquel día que el hecho material no me importaba. (A. Casona,
'La barca sin pescador')
Recordarán
ustedes aquella ventana alargada (...). (J. L. Borges, 'Hombre de la
esquina rosada')
[6] Ejemplos:
Barack
Obama y Raúl Castro se estrechan la mano
escrito al pie de una fotografía en los
diarios del 22 de marzo de 2016.
José
Arcadio Buendía (...) extendió la mano hacia el témpano (...). (G. García
Márquez, 'Cien años de
soledad')
seguían guardándole un luto aliviado
dentro de la casa, pero riguroso en la calle. (G. García
Márquez,
‘Crónica
de una muerte anunciada’)
Mañana
viernes los criminales estarán en la cárcel (...). (J. L.
Borges, ‘ La muerte y la brújula’)
Sólo
cuatro o cinco de los envenenados tuvieron la dicha de salvar, y los restantes
fueron al hoyo. (R.
Palma,
‘Tradiciones Peruanas’)
[7] Ejemplos:
Era
despreciado el que no jugaba, pero también eran despreciados los perdedores
que abonaban la multa. (J. L. Borges, ‘La lotería en Babilonia’)
Escaseaban
el ganado vacuno y los caballos (...). (G. Hudson,
'Allá lejos y hace tiempo')
Ignoraba
que en los días de prosperidad abundan los amigos y que en las horas de
la desgracia desaparecen. (R. Palma, 'Tradiciones peruanas')
[8] Ejemplo:
Señora
Condesa, su camino de usted no es ese, sino aquel. (B. Pérez
Galdós, 'Halma')
[9] Ejemplo:
Y
¿creéis que yo tengo miedo a tales alimañas? (Azorín,
'Confesiones de un pequeño filósofo')
[10] Ejemplos:
El agua que goteaba de las tejas hacia un agujero en la
arena del patio. (J. Rulfo, 'Pedro Páramo')
¿Temes
que exhale en sombrías endechas el alma toda? (R. Palma,
'Tradiciones peruanas')
El águila de él y el pavo de ella se habían hecho amigos
(...). (B. Pérez Galdós, '
Marqué
bien el lugar con el hacha (...). (J. L. Borges, 'El disco')
El hambre no me molestaba. (G. García
Márquez, 'Relato de un náufrago')