CAPÍTULO
2
Conceptos
de la gramática elemental
§
1. Nombrar.
Nombrar es una función que tiene como
dominio expresiones y, como codominio, objetos, propiedades unarias, binarias y
ternarias, circunstancias y vínculos circunstanciales.
Los objetos existen por sí mismos y, excepto
los puramente formales y los abstractos, cambian, con el paso del tiempo, de
consistencia, de aspecto y de ubicación local o temporal. Las propiedades, en
cambio, sólo existen en los objetos, los pares de objetos y las ternas de objetos, y son inmutables. Las
circunstancias existen en los hechos y las fantasías; los vínculos
circunstanciales, en los pares formados por un hecho o fantasía y un objeto.
En cada instante las propiedades
unarias reparten todos los objetos del
universo en dos clases: los que tienen la propiedad y los que no la tienen.
Igualmente, las binarias reparten todos
los pares de objetos en dos clases según que los objetos entren o no entren en
la propiedad. Lo mismo vale mutatis mutandis respecto de las ternarias y las ternas de objetos.
Nombran objetos los nombres propios [1] y
los sustantivos abstractivos [2]. Nombran propiedades unarias los sustantivos
unarios [3], los adjetivos separables [4],
los verbos unarios [5] y las identidades nominales [6]. Nombran
propiedades binarias los vinculares[7], los verbos
binarios [8] y las acepciones primarias
de las preposiciones [9]. Nombran propiedades ternarias los verbos ternarios
[10]. Nombran hechos y fantasías los verbos climáticos [11] .Nombran
circunstancias de modo los adverbios de modo
[12]. Nombran vínculos circunstanciales las acepciones secundarias de
las preposiciones [13].
Pronombres. Son las letras w, x, z, p, q
solas o subindicadas con cualquier cifra arábiga (p.ej., w1, x2,
z14).
§ 2.
Hechos y fantasías.
Para la gramática elemental la existencia
de una propiedad unaria en un objeto es un hecho si la propiedad existe en el
objeto; y es una fantasía, si la propiedad no existe en el objeto. Lo mismo
vale mutatis mutandis respecto de las propiedades binarias y los pares de objetos y respecto
de las propiedades ternarias y las ternas de objetos [14].
§ 3.
Composiciones internas.
Hay dos clases de composiciones internas:
atributivas y secundarias.
§
3.1. Composiciones atributivas. Están
formadas como sigue:
1.
por un pronombre y un término unario
[15].
2.
por un pronombre, un término binario y un pronombre [16].
3.
por un pronombre, tan A como,
/más A que, /menos A que,
/no más A que, / no menos A que
y un pronombre (siendo A cualquier adjetivo listado en el Diccionario).
4.
por un pronombre, un término ternario y
dos pronombres[17].
5.
También hay que contar entre las composiciones atributivas a los verbos
climáticos. Estos verbos son reacios al esquema gramatical expuesto y
apelaremos a un ardid teórico para acomodarlos. Así, supondremos que atmósfera
nombra estados atmosféricos y que los verbos climáticos amalgaman atmósfera
y un verbo climático cuya norma semántica se sigue de la norma correspondiente
enunciada en el Diccionario, de modo que en llueve se atribuye a la
atmósfera la caída de agua desde las nubes.
6.
por no y una composición atributiva
[18].
§
3.2. Composiciones secundarias. Están formadas como sigue:
1.
por un pronombre y un circunstancial de
modo [19].
2.
por un pronombre, una preposición de acepción secundaria y un pronombre [20]
Adviértase que entre las composiciones
secundarias formadas por la preposición a se cuentan las
tradicionalmente llamadas objetos indirectos o dativos [21].
§ 4.
Oraciones y significados oracionales.
Se llaman oraciones los fragmentos de habla
[22] con los que los hablantes expresan normalmente o bien un enunciado simple
acerca de la realidad [23] o acerca de un mundo imaginado [24], o bien una
pregunta [25], o un deseo [26] o un mandato [27] simples.
El modelo de explicación del significado de
cualquier oración del español es la oración metalingüística siguiente [28]:
"p" significa
que p porque las composiciones internas de "p" son tales y cuales
(donde p representa la oración española y "p" el nombre
de p); p.ej.,
"Juan duerme"
significa que Juan duerme porque las composiciones internas de "Juan
duerme" son:
x idéntico a Juan
x duerme
"un globo rojo
cae" significa que un globo rojo cae porque las composiciones internas de
"un globo rojo cae" es son:
x globo
x rojo
x cae
"Colón cree que
x idéntico a Colón
w idéntico a
p =
"w redonda"
x cree p
"un globo cae
lentamente" significa que un globo cae lentamente porque las composiciones
internas de "un globo cae lentamente" son:
x globo
p =
"x cae"
p lentamente
Como se ve en los ejemplos, los
significados de las oraciones no son hechos ni fantasías, sino referencias
virtuales a hechos o fantasías, útiles en el acto de habla si a los pronombres
se les asignan mentalmente objetos en los que existan o no existan las
propiedades nombradas por los componentes léxicos.
El significado de las oraciones no es
calculable. Esto se debe a varias razones. Primero, a que sus composiciones
internas no son evidentes. Segundo, a
que el Diccionario enuncia diversas normas respecto de no pocos sustantivos
[29], adjetivos [30], verbos [31], adverbios [32] y preposiciones [33].
Tercero, a que en algunas oraciones pueden reconocerse diferentes composiciones
internas [34]. Cuarto, a que partes de las
oraciones suelen ser elípticas.
Así, comúnmente la utilidad referencial de
las oraciones resulta no sólo de su significado, sino también de otras
actividades lingüísticas de la mente; p.ej., suplir omisiones [35], seleccionar entre homónimos el adecuado [36],
seleccionar composiciones entre composiciones alternativas, eliminar componentes marginales o pleonásticos [37].
§ 5.
Observaciones.
5.1.
La gramática elemental no soporta la explicación de las oraciones que expresan
generalizaciones [38]. Para superar esta deficiencia se necesitaría un aparato
teórico que diera cabida a las variables, la cuantificación, la conjunción y la
negación lógicas. Pero la gramática elemental no podría ni adicionarse a tal
aparato ni ser parte de él: la cuantificación conlleva hablar acerca del mundo
y no acerca de hechos particulares - tampoco, es claro, de fantasías -.
5.2.
Las oraciones un globo rojo cae y un globo que cae es rojo tienen
las mismas composiciones internas y, por consiguiente, según la gramática
elemental, el mismo significado. Sin embargo, parecen no significar exactamente
lo mismo. Podrían, pues, constituir un grave contraejemplo de la gramática
elemental. Pero puede sostenerse - creo - que
no difieren en significado, sino sólo en cuanto a cómo el hablante
selecciona el tema y la información.
También tienen las mismas composiciones
internas las oraciones Un globo cae
y el globo cae. y muchos gramáticos sostienen
que no significan lo mismo porque sólo la segunda implica que hay un único globo. Si se les concede la tesis, también se
les concede que la gramática elemental falla y que la explicación del
significado de las oraciones tiene que reposar en alguna variante del cálculo
de predicados de primer orden como el aparato mencionado en el apartado
anterior. Pero la gramática elemental puede salvarse si se asume que un y el son índices coloquiales
irrelevantes para el significado de la oración; que un expresa en
el acto de habla que el hablante no se compromete a identificar el objeto en el
que existe la propiedad nombrada por el sustantivo y al que él refiere
mentalmente; y el expresa que sí se compromete a identificarlo.
5.3.
Verbos intensionales.
Juana está cantando:
Mama,
yo quiero un novio
que sea milonguero, guapo y compadrón
[...]. (R. Fontaina,
'Mama yo quiero un novio')
Esto significa que Juana quiere un novio milonguero, guapo y
compadrón porque sus composiciones internas son:
x idéntico a Juana
w novio
w milonguero
w guapo
w compadrón
x quiere w
Las
posibilidades que el mundo real le ofrece a Juana son dos: que haya al menos un
novio milonguero, guapo y compadrón o que no haya ninguno. Ahora bien: las
propiedades nombradas por novio, milonguero, guapo y compadrón
existen todas en algún objeto de la realidad o existen todas sólo en algún
objeto de la fantasía. Es claro, pues,
que en el primer caso Juana sabe bien qué es lo que quiere y tiene
esperanzas justificadas, y que en el segundo caso también sabe bien qué es lo
que quiere pero no sabe que es una fantasía.
Ejemplos similares al de Fontaina se
encuentran en frases compuestas con buscar, necesitar, pedir y
demás verbos intensionales [39].
Por cierto, no pocas veces es claro que,
según el contexto, el objeto de la intención es real [40].
5.4.
Puesto que el significado de las oraciones españolas concierne a la realidad o
a un mundo imaginado, si él cree que Q - siendo Q una oración que
concierne a un mundo imaginado -, entonces él cree en una fantasía, pero no
lo sabe. Lo mismo vale, mutatis mutandis para él quiere que Q
o teme que Q o pide que Q o se alegra de que Q o Q lo
irrita.
_______
NOTAS
[1]
Los nombres propios están listados en las enciclopedias, en los registros
civiles y en las nomenclaturas familiares. Sus correspondencias con los objetos
se han establecido en actos públicos ad-hoc y se han transmitido
mediante informaciones (Por ejemplo: Sócrates nombra al filósofo griego
nacido en Atenas aproximadamente en el año 470 a.C., hijo de Sofronisco y de
Fenareta, que murió por beber cicuta aproximadamente en el año 399 a.C.; Sócrates
nombra al maestro de Platón, etc.) o fueron imaginadas por un hablante.
(p.ej., Don Quijote, que nombra al hidalgo inmortal imaginado por Cervantes).
Hay que contar también entre los nombres
propios a las expresiones literales entrecomilladas; p.ej, "Sócrates es
sabio". Estos nombres nombran la expresión literal escrita entre las
comillas.
[2]
Los sustantivos abstractivos están listados en el Diccionario de
[3]
Los sustantivos están listados en el Diccionario de
árbol: planta perenne, de tronco leñoso y
elevado, que se ramifica a cierta altura del suelo.
sirena: ninfa marina con busto de mujer y
cuerpo de ave).
[4]
Los adjetivos separables (p.ej., gris, redondo, transparente,
amarillo, virgen, leninista) y los adjetivos distintivos
(p.ej., veloz, lento, ancho, alto, grueso, delgado) están listados en el Diccionario de
Los separables nombran propiedades unarias
según las normas enunciadas en el Diccionario. Los distintivos, en cambio, no
nombran propiedades. no todos los objetos del universo se reparten en cada
instante en altos y no altos, veloces y no veloces,
dulces y no dulces, picantes y no picantes, calientes y no calientes, duros y
no duros, gruesos y no gruesos, anchos y no anchos, estridentes y no
estridentes; etc. De un mismo hombre puede decirse que es alto respecto de los
soldados de su batallón y bajo respecto de los
basketbolistas de su equipo; de un mismo animalito, que es veloz
respecto de las tortugas, pero no respecto de los animales; que “agua de 50
grados es caliente para un baño, pero fría para hacer café”(R.Lenz, “La
oración y sus partes”, Santiago de Chile, Nascimento, 4ª ed., 1944, § 96); que teniendo dos frutas la misma proporción de
azúcar, una es dulce y la otra no; que un trozo de carne está picante y un
rábano no, aun cuando produzcan una irritación del paladar semejante; que un
pan de jabón es blando y uno de manteca no, aun cuando ambos se deformen bajo
un mismo peso; que teniendo una puerta y un tabique un mismo grosor, aquella es
gruesa y este no; que siendo un pasillo y una calle del mismo ancho, aquel es
ancho y este no; que un mismo ruido sea estridente si se produce en una
habitación pequeña pero no si se produce en una plaza. Como dice R. Lenz (loc.cit.), estas palabras, ‘sin comparación expresa o
tácita, [...] no tienen ningún valor apreciable’. Cuando se juntan a un
sustantivo (v.g. tortuga veloz, automóvil veloz, avión veloz),
se sobrentiende una comparación entre los elementos de la extensión del
sustantivo, basada en el comparativo correspondiente, y que la frase conviene a aquellos que exceden en la comparación a la gran mayoría
(v.g. a las tortugas que se desplazan a velocidades superiores a la
normal entre las tortugas, a los automóviles que se desplazan a
velocidades superiores a la normal entre los automóviles, a los aviones que se
desplazan a velocidades superiores a la normal entre los aviones).
Las secuencias SA son -
propiamente hablando - locuciones, cada una con una norma semántica propia: vino
blanco ,
por ejemplo, no conviene a una cosa que es vino y que es blanca, sino al
vino blanco. Igualmente, tortuga veloz no conviene a cualquier objeto que sea a la vez tortuga y veloz, sino a toda tortuga veloz - y solo a ellas.
[5]
Por ejemplo: duerme, sufre,
cae, se cae, se asusta, madura, acaece.
También hay que contar entre los verbos
unarios a los verbos usados para nombrar la existencia en el mundo real (v.g. Hay
en las viejas ciudades españolas calles estrechas (...). (Azorín,
'Confesiones de un pequeño filósofo')) o en un mundo
imaginado (v.g. ¿Hay algún cristiano que me escuche (...)? (Cervantes, ‘Quijote’)).
Son verbos los infinitivos y las palabras
pertenecientes a sus conjugaciones. Los infinitivos están listados en el
Diccionario de
Pero
los verbos intransitivos y pronominales tienen acepciones binarias y acepciones
unarias; p.ej., duerme, es unario en el bebé duerme y binario en la
madre duerme al bebé; se ocupan, es unario en los departamentos
se ocupan en seguida y binario en dos policías se ocupan del caso.
[6]
Por ejemplo: idéntico a Sócrates, idéntico
a "Sócrates habla". Las identidades nominales están compuestas
por el adjetivo idéntico a y un nombre propio. Nombran la identidad con el objeto nombrado por el
nombre propio componente.
[7]
Los vinculares están listados en el Diccionario de
[8]
Por ejemplo, golpea, ama, quiere, cree, se
interesa, se acuerda, se contenta
[9]
Por ejemplo: de en copa de cristal; con, en una casa
con balcón.
[10]
Por ejemplo, mezcla, une, desune, junta, casa, compara, combina, media.
[11] Son verbos climáticos los infinitivos
LLOVER, LLOVIZNAR, GRANIZAR, DILUVIAR, NEVAR, HELAR, RELAMPAGUEAR,TRONAR, AMANECER,
ATARDECER, ANOCHECER, OSCURECER, NUBLARSE, HACER FRÍO, HACER CALOR, ESTAR
NUBLADO y las palabras pertenecientes a sus conjugaciones. Nombran estados
atmosféricos según las normas enunciadas en el Diccionario.
[12]
Son adverbios de modo las palabras,
frases y locuciones que el Diccionario
de
13] Son vínculos entre un hecho o una fantasía y
un lugar o un tiempo o un modo o una meta o un instrumento o un acompañante o
un objeto interesado. Por ejemplo: a en va a Madrid y en le
regó el jardín a María; en, en vive en Madrid.
[14]
Por ejemplo: son hechos que Sócrates haya sido hombre, que Caín haya sido
hermano de Abel, que Samoré haya mediado entre Chile y
[15]
Por ejemplo: x hombre, x sabio, x duerme.
[16]
Por ejemplo: x amigo w, x semejante w, x asesina z, x
se enamoró de w, x de w,.
[17].
Por ejemplo: x mezcla w z.
[18].
Por ejemplo: no x duerme.
[19]
Por ejemplo: x gratis, x
lentamente.
Adviértase que los llamados
tradicionalmente circunstanciales no pueden componerse con los verbos unarios
porque las propiedades que estos nombran son inmutables y que tampoco pueden
componerse con los nombres ni con los pronombres porque un mismo objeto puede,
por ejemplo, usar instrumentos distintos en dos acciones coincidentes, como se
puede apreciar en el significado de la oración un niño que sujeta un perro
con una correa abre una puerta con una llave.
[20]
Por ejemplo: x viene de z, x dialoga con w, x golpeó z con w,
x llega con w, x vive en z, x viaja hacia w, x viaja por w,
x vive sin w, x se fue tras w, x riega w a z.
[21].
Por ejemplo: x
le riega z a w.
[22]
Hablar es una actividad de la que todos tenemos experiencia directa, rica y
variada. Su concepto es por lo tanto inteligible, y nos valemos de él como
fundamental y primitivo (ir hacia atrás es inútil, pues toda explicación de
hablar reposa en nociones menos claras).
[23]
Por ejemplo:
Lovell
no llegó a
Tales creía que
mi verso brota de manantial sereno. (A. Machado, 'Retrato')
[24]
Por ejemplo:
Lovell
llegó a
Don Quijote miró a su
contendor (...).
('Cervantes, Quijote')
[25]
Por ejemplo:
¿Conoce usted a Pedro
Páramo? (J. Rulfo,
'Pedro Páramo')
[26]
Por ejemplo:
Ojalá que los míos
alcancen esa altura.
(J. Rulfo, 'Pedro Páramo')
[27]
Por ejemplo:
No lloreís, (...). (Cervantes, 'Amante liberal')
Traéme de una vez ese
matecito. (Fl.
Sánchez, 'Barranca abajo')
¡No lo nombres! (R. Guerra, 'Lucía Miranda')
[28] Naturalmente, podría usarse como
metalenguaje cualquier idioma diferente del español en el que pudiera citarse y
traducirse correctamente la oración española.
[29] Por ejemplo:
gato:1.
Mamífero carnívoro de la familia de los Félidos, digitígrado, doméstico (...).
2 m. Bolso o talego en
que se guardaba el dinero.
[30]
Por ejemplo:
agudo: 1. Puntiagudo, punzante, afilado.
2.
Sutil, perspicaz.
3. Vivo, gracioso y
oportuno.
[31]
Por ejemplo:
concentrarse:
1. Reunir en un centro o punto lo que estaba separado.
8 Atender o reflexionar
profundamente.
alumbrar:1. Llenar de luz y claridad.
7. Parir.
[32]
Por ejemplo:
agudamente:1. Viva y sutilmente.
2. Con agudeza
(perspicacia de ingenio).
[33]Por
ejemplo:
a: 1. Precede a determinados
complementos verbales, como el complemento indirecto (...).
6. prep. Indica la
dirección que lleva o el término a que se encamina alguien o algo.
[34]
Por ejemplo, para
Un labrador amigo de
un filósofo que bebe cicuta sufre.:
Primera
serie de composiciones.
x labrador
w filósofo
z cicuta
x amigo w
w bebe z
x sufre
Segunda
serie de composiciones.
x labrador
w filósofo
z cicuta
x amigo w
x bebe z
x sufre
[35] Por ejemplo, para
Usted se pega el tiro
donde se le antoje, pero aquí no porque lo mato (en 'La hija del engaño', film
dirigido por L. Buñuel, México, 1951)
pasar por
Usted se pega el tiro
donde a usted se le antoje pegarse usted el tiro, pero usted no se pega el tiro
aquí porque si usted se pega el tiro aquí yo lo mato a usted
[36]
Por ejemplo: en
el maestro está amasando pan francés
la acepción de francés que nombra la propiedad de los panes
amasados únicamente con agua, harina de trigo, levadura, masa madre y sal, y no
la de las personas nacidas en Francia.
Naturalmente, la selección se basa en una
aplicación del principio que los filósofos del lenguaje llaman ‘caritativo’
(i.e, que nadie puede amasar un pan nacido en Francia).
[37] Por
ejemplo:
con mis propios ojos vi a Amadís
de Gaula (...).
(Cervantes, ‘Quijote’)
juzgue usted por sí misma. (B. Pérez Galdós, 'El terror de
1824')
desventuradamente, los tiempos han cambiado (...). (J. Rulfo, 'Pedro Páramo')
[38]
Por ejemplo: todos los hombres son mortales, algunos hombres son solitarios,
ningún gorila habla, todos los hombres
aman a alguna mujer, alguna mujer ama a todos los hombres.
[39] Los lógicos y filósofos del lenguaje
llaman a los ejemplos de este tipo 'contextos opacos'. Pueden estudiarse al
respecto:
W. O. Quine, 'Palabra y
objeto', cap. 4, especialmente § 32, 'La opacidad de ciertos verbos', Labor,
Barcelona, 1968.
W. O. Quine, 'Notas sobre
existencia y necesidad' * y 'Cuantificadores y actitudes proposicionales' *.
J. Hintikka, 'Una
objeción a Quine' *.
D. Kaplan,
'Cuantificación, creencia y modalidad' *-
* en
Th. Moro Simpson (comp.), 'Semántica filosófica: problemas y discusiones',
Siglo XXI, Buenos Aires, 1973.
Ejemplos:
don Matías y doña Hortensia buscaban para la niña un novio de la
aristocracia. (Pío
Baroja, ‘Las inquietudes de Shanti Andía’)
El
trono de Isabel necesitaba un protector macho, y España un Regente bien bragado
y de muchísimos riñones. (B. Pérez Galdós, ‘Montes de Oca’)
Esta
mujer necesitaba imperiosamente que un hombre le apagara el fuego abrasador que
nacía en sus entrañas. (L. Esquivel, 'Como agua para chocolate')
nuestra Junta pedía un armisticio de cuatro
días (...). (B.
Pérez Galdós, 'Gerona')
[40]
Por ejemplo:
estaba buscando el pequeño yunque que utilizaba para laminar los
metales (...). (G.
García Márquez, 'Cien años de soledad')
Ella
[a los criados] no los necesitaba en su cuarto (...). (M. Mujica Láinez, 'El salón dorado')
no necesitaba asistencia espiritual de ninguna clase (...). (G.
García
Márquez, 'Cien años de soledad')
Me
pidió que buscara la primera hoja. (J. L. Borges, 'El libro de arena')
Aureliano pidió ayuda
a los vecinos. (G.
García Márquez, 'Cien años de soledad')